Con un rebote, en una acción aislada a falta de cuatro minutos para el final, el Arsenal igualó en puntos con el nuevo líder de la Premier League -el Tottenham- gracias a un tanto de Gabriel Martinelli que rebotó en la cabeza de Nathan Aké y que bastó para derrotar al Manchester City (1-0) en un duelo gris marcado por el exceso de tacticismo y la falta de imaginación.
Por fin, el alumno ganó al maestro. Mikel Arteta se llevó su primera victoria ante el Manchester City y dejó grogui al que fue su primer entrenador un par de temporadas, Pep Guardiola. Desde 2018, el City no perdía dos partidos seguidos en la Premier League y tuvo que ser Arteta, después de caer frente al Wolves, quien provocara otra caída de un equipo que parecía intratable.
El respeto entre ambos se trasladó al terreno de juego en el duelo más importante de la jornada de la Premier League. Con el Tottenham a la espera para saber si se podía convertir en líder, tanto el Manchester City como el Arsenal propusieron un duelo excesivamente táctico y combativo enfocado al error rival para decantar el marcador hacia un lado u otro.
Eso siempre es una mala noticia para los 'citizens', que sin Rodri en el campo sufren un dato abrumador; ha perdido el 33 por ciento de sus partidos cuando el internacional español no está. Su presencia en el balcón del área rival para construir un muro que frena la salida de los rivales, es clave. Y, también, para construir juego. Guardiola tuvo que lidiar con ese hándicap con Mateo Kovacic y Rico Lewis, mientras que Arteta dejó en el banquillo a Martinelli, después decisivo, y no pudo contar con Buyako Saka (lesionado) para formar un once sin ninguno de sus extremos más habilidosos.
Con ese guion, el City saltó al terreno de juego más combativo. Presionó muy arriba y asfixió al Arsenal, que hasta los últimos veinte minutos de la primera parte no consiguió quitarse el dominio 'citizen' de encima. Sin embargo, en media hora, el City apenas rebañó un par de ocasiones claras: un remate de Nathan Aké a bocajarro que mandó a las nubes y un acto de fe de Julián Álvarez, que estuvo a sorprender a David Raya, bastante errático durante el duelo.
Arteta, consciente de la necesidad de un hombre más vertical, sacó al terreno de juego al brasileño Gabriel Martinelli, que en los primeros minutos de la segunda parte ya consiguió romper a la defensa del City sin premio final y con la única ocasión de un disparo fácil a las manos de Ederson. Eso fue todo lo que pasó hasta el minuto 68, cuando Guardiola hizo un triple cambio con la entrada de John Stones (debutó esta temporada), Jérémy Doku y Matheus Nunes.
Se fueron del campo Julián Álvarez, Kovacic y Rico Lewis. Guardiola buscó profundidad por los lados, llegar a la línea de fondo para romper un partido que parecía destinado a la nada y en que el unos y otros estaban empeñados en anularse. Y, uno de los más espectrales fue Erling Haaland, que se topó con el trabajo excelso de Gabriel Magalhaes y William Saliba, que dejaron sin argumentos al desaparecido delantero noruego.
Los minutos fueron pasando como una losa. Nada pasaba en el Emirates Stadium y el reloj parecía no tener piedad. Sin embargo, casi de la nada, apareció Martinelli para sacarse un disparo desde fuera del área que rebotó en Aké y que acabó con la pelota en la red de la portería de un despistado Ederson. La pelea táctica, al final, la decidió un detalle del jugador que más se atrevió en los 45 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Martinelli marcó la diferencia y el Tottenham, con mejor diferencia de goles, es el líder de la Premier League.
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