De nuevo un zurdazo de Marco Asensio permitió al Real Madrid sacar adelante su partido en el Santiago Bernabéu, esta vez ante el Alavés (3-0), y cuanto menos defender su ventaja respecto al Sevilla al frente de LaLiga Santander.
Como ocurrió en el anterior encuentro liguero ante el Granada, un zapatazo del balear en el segundo periodo desatascó el encuentro para el equipo blanco, otra comparecencia que se le estaba atragantando ante un rival que lucha por la permanencia y que es el peor visitante de la competición.
En esta oportunidad su tremendo zurdazo llegó a los 63 minutos y justo después de que el propio Marco Asensio le pusiera en bandeja un gol a Pere Pons con una cesión fallida, pero el jugador del Alavés, tras regatear al belga Thibaut Courtois, remató fuera.
Se redimió Asensio, que no había tenido ni mucho menos un buen partido. Se sintió herido tras escuchar pitos tras la acción que pudo causar el gol del Alavés. Aliviado, pidió nada más marcar más apoyo de la afición y cuando fue reemplazado recibió la ovación del público del Bernabéu.
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El cuadro de José Luis Mendilíbar perdió la compostura y el líder se sintió más cómodo. Recuperó parte de la confianza y la precisión que le había faltado. Gozó de más espacios y tras enviar Karim Benzema un balón a un palo a pase de Vinicius se intercambiaron los papeles en la mejor jugada del partido, centró el galo y remató el 2-0 el brasileño, que no marcaba desde el 8 de enero.
La victoria, redondeada con un penalti en la prolongación que transformó Benzema, supone un respiro para el conjunto del italiano Carlo Ancelotti tras el empate en Villarreal y la derrota en París ante el PSG en la Liga de Campeones. Era imprescindible para impedir que el Sevilla le metiera más presión. Con este resultado tiene siete puntos de ventaja.
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