Un episodio negro vivió el fútbol hondureño este lunes con la repentina muerte del presiente del Marathón, Orinson Amaya, que fue víctima de un fulminante paro cardiaco en la ciudad de San Pedro Sula.
Este suceso a consternado a todo el entorno del balompié catracho por el repentino fallecimiento del jerarca de los Verdolagas, y sin lugar a dudas los más afectados por esta lamentable noticia son sus familiares.
Así lo contó la propia madre de Orinson Amaya, Estelina Madrid que contó el desgarrador momento que vivió al darse cuenta de que su hijo había fallecido a causa de un infarto.
La señora Estelina se armó de valor y con un claro tono de tristeza, pero con muchas palabras de orgullo describió los último momentos que vivió con Orinson Amaya previo a su fallecimiento.
"Llegó él, se fue a sentar, después llegó alguien con un arreglo floral y me dice: 'mamá vaya atiéndalo'. Yo quería estar con él, los ratitos que él llegaba a platicar conmigo, era por que me quería contar del nuevo proyecto que tenía, más que andaba emocionado con lo del centenario. Fuimos a la cena, la pasamos bien, andaba muy feliz, para mi esto es un balde de agua", contó sobre la celebración de su cumpleaños.
Sobre los últimos días de Orinson
"Él andaba súper feliz, porque cuando lo vimos en la fiesta de gala de Marathón, lo primero que dije yo, porque había un montón de reconocimientos y todo, y a él le tocó hablar. Dije yo, ay Diosito, dámele sabiduría, dámele paciencia, que no se emocione mucho, porque él me decía, ay no, yo no sé, a veces yo presiento que me puede dar un infarto".
Cómo se dio cuenta del fallecimiento de su hijo
Así lo contó Estelina: "e dijo mi hijo Tony, mami, la manda a llamar Aracely para que vaya a la clínica, y eso le digo yo, venga, vamos, no, me dice que Orinson se puso mal. Pues yo digo, a lo mejor lo puso mal tanto estrés, y ya cuando llego, me atiende el doctor Tuky.
Después empezó a preguntarme que si padecía de la presión, del azúcar y todo. Yo le dije que ninguna de las dos cosas. De todas maneras, vamos a tomar la presión me dijo. Me la tomó, y luego me dio una pastilla, luego se puso para sacarme sangre para ver el azúcar.

De repente yo le digo, bueno, doctor, yo aquí no he venido a buscar consulta, yo aquí vengo a ver a Orinson. Ahorita lo están atendiendo, me dijo. Le digo yo, bueno, pero yo quiero verlo. Después empecé a sentirme mal porque ya no me gustaba, que yo miraba a la esposa de él, que no lloraba, pero la miraba triste, y la cipota de la mayor afuera, que cuando me vieron ir a mí, pues, disimularon bastante, pero a la madre nunca la engañan, mi corazón me daba que algo estaba pasando.
Entonces ya me abrazó el doctor, y me dijo, Estelina, Orinson Murió. ¿Cómo?, le digo yo. Cuando llegué lo abracé, y estaba todavía calientito y como que sonrió conmigo, y yo no me quería quitar, porque parecía que me miraba y se levantaba de aquella cama",
