La plantilla de Marathón, en conjunto con directivos, exjugadores y hasta la afición le dieron un último adiós a Orinson Amaya, quien en vida fue su presidente durante los últimos nueve años.
El empresario hondureño falleció el pasado lunes 1 de diciembre debido a un paro cardiaco y ha causado un golpe en la institución Verdolaga.
En un solemne evento en el estadio Yankel Rosenthal, el cuerpo de Orinson Amaya recibió un homenaje a la altura de lo que él fue.

Los futbolistas de Marathón le realizaron un pasillo mientras ingresaban los restos de su presidente, Mario Barrios, Pablo Lavallén y Rolin Peña fueron parte de la caravana que sostenían el ataúd a su ingreso al recinto.
Humo verde adornaba la imagen de los miembros del Monstruo despidiéndose de un presidente que marcó época en el club.
"Es muy complicado, nunca imaginamos que esta semana estaríamos despidiéndolo así. Estar aquí significa mucho porque era lo que él amaba, sé que se fue contento al saber que dejó un legado. Me siento feliz porque él quería que viniera, no se pudo, pero hice realidad su anhelo de que vistiera la camisa de Marathón. En poco tiempo me demostró muchas cosas, una persona humilde y atenta", dijo Rubilio Castillo a Fútbol y Pasión.
Luego de la ceremonia de despedida de Orinson Amaya, se realizó una misa de cuerpo presente, luego se procedió a su sepelio en el Cementerio Jardines del Recuerdo de San Pedro Sula, donde sus restos estarán en reposo por la eternidad.
El empresario sampedrano fue presidente del Verdolaga durante nueve años donde ganó un título de Liga Nacional y una Supercopa.
Orinson luchó para sacar a Marathón de una crisis económica y deportiva que tenían al club al borde del descenso.
Con trabajo, dedicación y buenas decisiones, Amaya posicionó al Monstruo como la cuarta fuerza de la Liga Nacional, como siempre lo fue.
