El atacante, Rubilio Castillo paso de la gloria al arrepentimiento tras anotar el gol del triunfo para Marathón y terminar expulsado en la misma jugada del partido.
En el minuto 90+2 del partido, el atacante anotaría el único del gol partido tras cabecear un gran centro de su compañero, Samuel Elvir provocando que el estadio Yankel Rosenthal explotara de la emoción.
El delantero se fue a celebrar con el publico presente y producto de la misma euforia se subió a la malla del estadio Yankel Rosenthal.
Cuando el jugador se bajó de la barandilla, el árbitro Jefferson Escobar lo estaba esperando en el banderín para mostrarle su segunda tarjeta amarilla y expulsarlo del partido.
El jugador aceptó su decisión y abandonó sin protestas el terreno de juego consciente de su error.
El relator del partido y miembro del staff de Deportes TVC, Orlando Ponce, explicó que este tipo de acciones van contra el código disciplinario del fútbol hondureño y ameritan amonestación.
Con esto, Rubilio Castillo se pierde la siguiente jornada generando un problema para Marathón que no podrá contar ni con Nicólas Messiniti suspendido por agredir a un rival ni a su técnico, Pablo Lavallén por acumulación de tarjetas amarillas.
