Tenemos torneo ... ¡Pero no temporada!

A la espera del calendario de juegos, ya conocemos el nuevo formato del próximo torneo de nuestra Liga Nacional de Fútbol Profesional.

Después de largas semanas de intereses cruzados, los clubes pudieron consensuar las bases del campeonato Apertura que vienen a innovar el tradicional sistema de disputa.

Para que se acelerara el paso del acuerdo, debió intervenir la Federación de Fútbol que, a través de un riguroso mandato, ordenó iniciar la contienda el último fin de semana de este mes y con plena vigencia de las habituales normas de competencia.

Sin perjuicio de las lógicas y devastadoras consecuencias económicas que la pandemia originó en todos los ámbitos de nuestra sociedad, en el fútbol profesional se acentuaron algunas diferencias económicas que ya se apreciaban antes del Covid-19.

Y las penurias financieras de los clubes más desnutridos provocaron demoras en la toma de decisiones, especulaciones sobre la reanudación de la actividad, exigencias casi extorsionadoras de recursos y hasta el rumor creciente de eliminar el descenso, pese a la obligatoriedad impuesta por la Fenafuth.

Y este es un punto clave que subyace en el ambiente, porque curiosamente en la reciente Asamblea de la Liga Nacional se aprobó el primer torneo de la temporada pero sin considerar el segundo campeonato (Clausura) que debe contemplar las mismas bases que aprobaron para el Apertura.

Esta omisión legal, no puede ser pretextada por la “nueva normalidad” o por una situación imprevista en el normal desarrollo de la actividad.

Y deja librada a la “cultura de la suspicacia” la duda que genera la continuidad del ciclo 2020-2021, porque si el torneo Clausura no se juega con similares características del Apertura, se abrirán laberínticos caminos reglamentarios para justificar la eliminación del dramático, temido, pero necesario descenso.

Y si eso ocurre, el fútbol profesional de clubes seguirá firme en su lamentable sendero de devaluación.

Algún tuit que no ha sido bien interpretado y algún voto en contra reflejan claramente esta realidad.