El Al Hilal saudí ganó en la tanda de penaltis al Zamalek egipcio en la final de la Copa Lusail (1-1), en un partido que sirvió para inaugurar el estadio que albergará la final del Mundial Qatar 2022.
Los primeros minutos de fútbol en el Estadio Lusail dejaron un buen sabor de boca: hubo goles, intensidad, oportunismo, descaro, un portero convertido en héroe y dos intervenciones del VAR (una acertada, la otra justa pero polémica) que permiten soñar en que este nuevo recinto deportivo deparará grandes cosas.
Al Hilal, un equipo con marcado acento latinoamericano dirigido por el extécnico de River Plate Ramón Díaz y que alineó André Carrillo (Perú), Gustavo Cuéllar (Colombia), Michael de Oliveira (Brasil) y Luciano Vietto (Argentina) fue dominante y jugó un fútbol ofensivo que le permitió gozar de más y mejores opciones que los egipcios.
Sólo un superlativo Mohamed Awad, portero del Zamalek y la selección egipcia, con grandes intervenciones todo el partido, impidió que los árabes cobraran una ventaja insuperable en la primera parte.
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No pudo evitar que el nigeriano Ighalo Odion, con pasado en el Granada español, anotara tras un error calamitoso de la defensa egipcia, que dejó al delantero solo y con tiempo ante Awad, al que batió con un descarado "sombrerito" en el minuto 17.
Zamalek, muy cauto, no perdió sin embargo el pulso del juego y sacó petróleo con una de sus pocas incursiones en campo rival.
Un error defensivo al tirar el fuera de juego dejó franca la puerta para el delantero internacional saudí Ahmed Sayed, que anotó tras un primer rechace desesperado del arquero Abdala Maiouf.
Al Hilal apretó más en la segunda mitad y arrinconó a los egipcios, que comenzaron a dejar ver sus debilidades sobre todo a la hora de defender el juego por las bandas de los saudíes.
Sin embargo, éstos no supieron cómo aprovechar su dominio y dejaron que la final de la Copa Lusail se decidiera en los penaltis.
El Zamalek no pudo sostener su fortuna desde los doce metros y el VAR, que obligó a repetir un tiro que Vietto había fallado, y Carrillo, con solvencia en el último disparo, dejaron el título en manos del equipo saudí.