El Real Madrid igualó con exuberancia la mejor racha sin perder de su historia, alcanzando por primera vez 30 partidos sin caer en una misma Liga, en una demostración de su poderío ofensivo, con Jude Bellingham marcando primero y asistiendo después al doblete de Vinícius, el día de la reaparición de la mejor imagen de Courtois.
No levanta el pie del acelerador el Real Madrid. Juega con la final de la Liga de Campeones en la mente de todos. Con el regreso de los titulares después de tres jornadas con apariciones esporádicas, salvo Rüdiger para que Militao gane ritmo en el mejor partido desde su vuelta y se sume a los aspirantes a comenzar la gran cita de Wembley.
A las reivindicaciones personales se suma Courtois. Tres porterías a cero en sus tres partidos. Mostrando reflejos nada más arrancar el duelo al disparo de Samu y recuperando antiguas sensaciones en el vuelo al chut lejano de Hagi cuando el Real Madrid ya dominaba con puño de hierro. Los dos mismos protagonistas que obligaron al belga a sacar su mejor versión en el segundo acto, especialmente con una parada abajo, junto a la cepa del poste, que cierra el debate de la portería para la final. El mejor del mundo está de vuelta.
En el estadio donde una mágica zurda de Gica Hagi enamoró al madridismo aparecía su hijo, Ianis, para animar con destellos de calidad un duelo que rápido tiño de blanco el campeón. LaLiga ya celebrada no rebajó el hambre de gol de unos jugadores que no pueden desconectarse sin competir dos semanas. Pasaron con facilidad por encima del Alavés desde que marcaron en su primera llegada. El centro de seda de Kroos, el toque con un globo de Bellingham con más sabor a centro que remate pero con una trayectoria imparabale para Owono.
Metido de lleno en la lucha por ser máximo goleador, con su tanto 19, Jude demostró que quiere el galardón. Pidiéndola siempre y hasta molesto cuando sus compañeros no le vieron en zona de remate. Pero siempre generoso si puede asistir. Encontró a Vinícius cuando el partido ya era una nueva lección de Kroos al mando. Chutó al lateral de la red el brasileño la primera y la mandó dentro en la segunda, cuando Camavinga, que juega de mediocentro pero aparece en todas las zonas del campo, se liberó en ataque y puso el gol en bandeja.
Encontró espacios el Real Madrid para divertirse jugando, sin la tensión de un partido en el que alguno de los equipos se jugase algo. Con la velocidad de Rodrygo en transición, 'Vini' buscó la escuadra, Bellingham el doblete con un disparo seco que detuvo Owono y Valverde firmó un gran tanto. En el tiempo añadido del primer acto, apareciendo por el carril derecho para soltar un zapatazo arriba que sorprendió al portero del Alavés.
Rebajó la intensidad con la goleada el Real Madrid, más permisivo en las marcas para que Courtois se exhibiera, con hambre en el ataque de jugadores que siempre quieren más. En ese capítulo aparece Vinícius, que no negocia esfuerzos y que, además de marcar, quiso que su amigo Rodrygo también lo hiciera. En esta ocasión sin suerte en el remate, rozándolo con un taconazo que sacó Owono abajo.
El Alavés, con los deberes hechos y sin nada por lo que luchar ya, buscó su gol sin éxito. Lejos de encerrar a su equipo con un planteamiento defensivo, Luis García Plaza planteó el duelo para intentar disfrutar. El castigo fue mayor porque el Real Madrid siempre quiso más. Tras perdonar Rodrygo y Valverde, Bellingham encontró espacio para conectar con el movimiento de Vinícius que cruzó su disparo en una gran definición.
Y entre los intentos de Rodrygo, apareció Güler para sacar provecho de un rechace y ampliar su buena dinámica goleadora con su cuarto tanto, el mejor promedio de LaLiga que celebró un Santiago Bernabéu de fiesta, que cuenta los días hasta la final de 'Champions' en plena euforia.