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Exfutbolista hondureño rompe el silencio tras quedarse ilegal en Estados Unidos por una promesa a su padre

Edú Martínez tenía un contrato profesional en la primera división con el Victoria, sin embargo, decidió abandonar todo para trabajar en los Estados Unidos. Hoy en exclusiva decidió contar sus razones y cómo es su vida ahora.
Exfutbolista hondureño rompe el silencio tras quedarse ilegal en Estados Unidos por una promesa a su padre
Edú Martínez militó en el Victoria en el último año. Ahora radica en Estados Unidos. - Foto: Deportes TVC

“Ring, ring, ring…” suena la alarma. Es lunes por la mañana. El reloj marca las 6:00 am y es hora de levantarse para Eduardo Martínez, el ahora exfutbolista hondureño quien decidió cambiar los botines de fútbol por una pistola de “framing” en la ardua labor de construcción en Charlotte, Estados Unidos.

Hace tres meses, la vida del defensor izquierdo de 29 años dio un giro de 180 grados al renunciar a su sueño como jugador profesional del Victoria de la Liga Nacional de Honduras.

Al oriundo de Jutiapa, Atlántida, no le tocó la travesía desértica, tampoco el salto arriesgado a la bestia. Sino que decidió quedarse en las tierras del “Tío Sam” durante una gira del club a principios de junio del 2022, la cual realizaron vía aérea con visado especial.  

¿Qué lo motivó a quedarse?

La vida de Edú está escrita en pinceles de pasajes de lucha, perseverancia y sacrificio. Su padre, Justino Martínez de 70 años de edad, decidió criarlo solo, empujar la carreta de su sueño desde pequeño y lo encaminó en el fútbol, su mayor su pasión.

Entre instancias en clubes como Real Sociedad, Comayagua FC, Atlético Pinares, Marathón (reservas), Juticalpa, Olancho FC y finalmente Victoria, cumplió su sueño de debutar en la primera división, una promesa cumplida a su progenitor.

La primera parte de su objetivo se cumplió. Su padre lo vio debutar desde las graderías en un partido ante Real España, pero que ha quedado pendiente la construcción de la propia casa de su padre, una meta pendiente que ya ha comenzado a trabajar con sudor y lágrimas para sorprenderlo.

Hoy en entrevista exclusiva para Club Deportes TVC, Edú Martínez rompe el silencio sobre el porqué de decisión de colgar los tacos y se desnuda en llanto mientras remembra en las etapas más tristes de su vida.

¿Cómo han sido tus días en los Estados Unidos?

Me estoy acostumbrando a la rutina, a los trabajos fuertes, pero siempre con la mentalidad de superarse. Eso al final se nos hace costumbre y lo disfrutamos cuando te propones a aprender el trabajo.

¿A qué hora despiertas para irte a trabajar?

Levantarse acá cuesta. Tenemos que despertarnos tipo 6:30 de la mañana para estar en el trabajo en la 7:00 am. De allí trabajamos corrido hasta las 11:45 am, luego retornamos y acabamos el día hasta las 7 de la noche.

Antes solías despertar temprano para ir a entrenar, pero hoy lo haces para coger un oficio completamente diferente al fútbol...

Antes era normal levantarme a las 5:50 de la mañana para entrenar a las 6. Yo vivía en la sede, era mi casa, pero sabía que después de la práctica tenía todo el día libre para salir y descansar. Acá solo tenemos chance en la hora de almuerzo.

Ubícanos un poco... ¿dónde comenzó tu carrera?

Empecé en Real Sociedad en la Segunda División. Luego ascendimos a Primera División, pero jugaba todos los partidos con el equipo de reservas especiales. En su momento no miré un avance, decidí marcharme y estuvo un lapso de siete meses estudiando. Luego pasé a Comayagua FC con el profesor Raúl Martínez Sambulá.

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¿Qué ocurrió después?

Mi vida futbolísticamente no me ha ido muy bien en los equipos, pero después seguí estudiando, inclusive jugué en Liga Mayor (Palmas), después tuve una oportunidad en Atlético Pinares... fue allí donde mi carrera comenzó a mejorar en los cuatro años que estuve en el equipo. Meses más tarde pasé a Olancho FC, Juticalpa y Victoria.

¿Qué hay de tu llegada al Victoria? ¿Cómo se dio?

El profesor Carlos Padilla me dijo que me quedaría llevar al Victoria, pero que lo haría hasta que el equipo ascendiera. Al profe se le dieron las cosas y llegué. Estuve un año allí, debuté, el cual era mi sueño y gracias a Dios lo conseguí. Lo logré con mucho trabajo, dedicación. A veces sufrí, muchas veces no comí, pero ver a mi viejo en las gradas el día que yo debuté, ese fue el premio a todo ese sufrimiento en todos mis años de fútbol.

¿Entonces, ver a tu padre en las graderías mientras usted debutaba fue una etapa cerrada para ti?

Has dicho lo que es… lo que yo pensé en ese momento. Cuando escuchaba a mi viejo gritar mi nombre en las graderías, fue el instante más bonito en mi vida. Yo dije –si Dios ya no quiere que yo siga jugando fútbol no hay problema- cumplí mi sueño y le cumplí uno a mi viejo. Esa felicidad que yo sentía ante Real España, fue el premio a todo el sacrificio.

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¿Cómo fueron esos días?

Hubo días que yo salía del entrenamiento –tengo compañeros con los que tengo mucha cercanía- (Yosimar Maradiaga y Damin Ramírez). Había entrenos en donde tiraban la lista y yo no salía sabiendo que entrenaba fuerte, me iba al cuarto y solo yo sabía cómo me sentía. Hubo días que yo lloraba en mi habitación, era una lista de 23 y en ninguno salía. Allí entendí que el propósito de Dios es el mejor. Yo disfrutaba de los entrenamientos, yo tenía alegría, pero cada vez que daban la lista me destruía, pero los consejos de mis compañeros y mi padre me ayudaron mucho.

¿Por dónde pasó tu decisión de quedarte en Estados Unidos?

Yo la tomé porque desde el día que inicié la travesía en el fútbol y salí de casa, le prometí a mi viejo que le haría una casa del fútbol, pero lastimosamente fue lo único que no me pudo dar. Me dio amigos, hermanos, familia, menos el sueño que quería cumplir de regalarle una casa. Cuando se dio el viaje para acá (Estados Unidos), yo no sabía si vendría porque no estaba jugando.

Al final todo es por un propósito. Yo lo decidí así porque si no fue por el fútbol, trabajando con mi sudor le iba a comprar una casa a mi viejo. Yo quiero verlo tranquilo porque él sufrió para darme apoyo para apoyo mientras yo estaba en el fútbol, a veces él no comía y a mí sí me daba. Ahorita siento que lo estoy recompensando todo ese sacrificio y lucha que tuvo. No importa lo duro que sea el trabajo, siempre y cuando yo vea a mi viejo feliz, yo estoy bien.

¿Estás consiente que, con la decisión de quedarte no volverás a ver a tu familia, al menos por ahora?

Sí hermano, por eso la pensé bastante. Tomando esa decisión yo sé que pasará mucho tiempo sin poder ver a mi viejo… por lo menos cuando estaba en Honduras, yo solo tomaba un bus y llegaba a mi casa. Ahora es más difícil porque si yo regreso, no volveré a acá, no voy a poder cumplir mi sueño. Toca aguantármela y echarme para adelante.

Siempre te he escuchado hablar de tu papá, ¿qué pasó con tu madre?

La verdad no tengo conocimiento de qué edad fue, pero desde pequeño ellos tuvieron problemas y se separaron. Mi padre tomó el reto de llevarme y aventurarse, él supo criarme. A mi madre la he visto dos veces en toda mi vida, la primera vez que la vi tenía 16 años, yo estaba en Marathón (reservas especiales) después de eso la vi cuando tenía como 22.

Económicamente hablando, hay mucha distancia con lo que ganabas como futbolista en Honduras, a diferencia de ahora…

El trabajo es fuerte, pero es bien pagado. El cambio es exagerado a diferencia de Honduras. Es bueno hacer el sacrificio de trabajar. El patrón que yo tengo me ha dicho que aprenda porque eso me va a servir más adelante. He encontrado buenas personas que me han apoyado, ese se agradece. Lo que yo gano acá en una semana, lo ganaba como en cuatro meses jugando fútbol. Es mucha la diferencia.

¿Ya sabías de este oficio o lo aprendiste desde el primer día que te quedaste?

Yo no sabía nada hermano, acá la gente ha tenido paciencia conmigo. Imagínate uno de venir de pegarle a una pelota a agarrar una pistola de “framing”, es un cambio radical, pero allí vamos aprendiendo poco a poco.

Finalmente, cuál es el mensaje que quieres dejar para aquellos que van a leerte...

Mi meta del fútbol era regalarle una casa a mi viejo, mi sueño era jugar y debutar en primera división. Mi deseo de corazón para todos los niños es que les vaya bien y que sus metas que tienen se las regale el fútbol, porque es difícil hacer un cambio radical como el mío para cumplir un sueño. Que trabajen fuerte y a quienes los apoya los padres que lo aprovechen.

(ENTREVISTA VIA ZOOM)

https://www.youtube.com/watch?v=GCoP1VJazss
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