Fantasy HN
Hace unos años, grandes compañías de bebidas se congraciaban con la creación de torneos de fútbol escolares y juveniles. Aquellas canchas del norte del país era una laguna de sueños, de lágrimas, de imaginaciones de estadios llenos y multitudes que coreaban tu nombre.
Algunas veces, sobre todo en las finales, sucedía. Los colegios dejaban al alumnado llegar a respaldar a los suyos. En el fulgor de su adolescencia muchos cumplían sus sueños colegiales pero algunos otros hasta llegaron a prolongarlos en sus vidas…
Ejemplos como Alberth Elis y ahora Luis Palma, son algunos de esos que fueron cobijados por la fortuna y el talento asignado desde lo más supremo.
Luis Palma es esa punta del iceberg que todos estamos esperando que su eclosión en este torneo Apertura 2021 solo sea una muestra de esos especímenes que son tocados con una varita, que no nacen a granel, que vemos cada tanto y nos emocionamos más de lo habitual.
El atacante del Vida es uno de esos Rambo’s, Pavon’es, Amado’s y Wilson’s que vemos reflejado en cada proceso Sub-17 y Sub-20 que comienzan en Honduras pero que muchos solo nos dejan en ilusión.
Pero este nos llena de esperanza. Es casi una especie de androide hecho de varios futbolistas que hemos tenido en el pasado. La pegada de Rambo, el sentido de Amado, el olfato de gol de Pavón y el fútbol en las venas de todos ellos.
Y ojo, no los comparo ni digo que fuese mejor que alguno de ellos, que claro está que sus proezas en la cancha son una muestra en la añoranza que fluye por ellos a cada partido de la Selección.
Pero sin duda alguna, Palma es ese trago de agua después de una Maratón, es aquella esperanza que guardamos todavía de ver un futbolista en la elite. A lo largo de mi carrera en medios escritos, sobre todo, he visto desfilar una cantidad de promesas que acaban en eso solamente.
Aunque reconozco que en esta ocasión me parece diferente y puedo explicarlo en algunas pocas líneas. Su proceso ha sido bien estructurado, desde que surgió en estos campeonatos colegiales hasta las selecciones menores donde ha militado. Además de su calidad, tiene vestuario, liderazgo y su entusiasmo por el fútbol sigue siendo el mismo que en la categoría pluma.
Quizás exageremos, quizás no. Pero es un momento oportuno y considerable para llevarle de la mano, conducirlo, mimarle incluso y enseñarle que cuando lleguen las críticas debe tener espalda, porque ahora mismo todo es color de rosa, pero en algún momento se tuerce la fortuna.
Palma es ese jugador que alcanza casi siempre la unanimidad, que todo mundo quiere que triunfe y partido a partido demuestra que parece todavía no alcanzar el pináculo de su nivel. Aunque siempre recibimos la ‘recomendación’ de no agrandarlos, con jugadores así es justo y necesario.
Luis Palma es todo lo que está bien en el fútbol, es ese rebelde que desafía la falta de buenas canchas, de buenos procesos, entrenadores de menores preparados y las cientos de calamidades que se convive a diario con el fútbol de formación. Por ahora, Palma es la joya más preciada de nuestro fútbol. Cuidémosla.
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